viernes, 26 de agosto de 2011

Fantasmas La Energia Oculta

Fantasmas, la energia oculta

dijo:
¿Alguna vez hemos visto algo que nos pareció un fantasma? ¿Alguna vez hemos tenido una percepción extraña, ajena a lo cotidiano? Los científicos, y en especial, los físicos han desarrollado algunas conclusiones. Por ejemplo, sostienen que, al morir, una persona emite uan radiación de 10 a 1.000 veces más intensa de lo normal y que esa energía electromagnética es la que provoca la aparición de espectros



Siempre en la oscuridad, vaporosos y sombríos: se comenta que prefieren desde hace siglos las noches sin luna para aparecer en los cementerios, parajes con niebla o castillos envueltos en la bruma. Hubo muchos que no eligen sitios tan tenebrosos y los encuentros se producen en cualquier lado, la casa, el jardín, un camino, una calle. A ellos se los acusa de no ser más que leyendas floklóricas, fenómenos parapsiclógicos y fantasías compartidas. Pero su fama pesa demasiado. De un extremo al otro del mundo muchas personas los han visto. Tal ves vos seas uno de ellos.



Puede decirse que los fantasmas tuvieron su apogeo en el siglo XIX, en Inglaterra, y alimentaron increíbles historias junto al fuego. Con un indudable poder de diversión, las imágenes cubiertas con sábanas blancas, que arrastraban cadenas y buscaban reparar injusticias pasadas, fueron confinadas a lo imposible, aunque la documentación existente puede asegurar que esas apariciones tienen bases en la realidad.
Psicólogos y parapsicólogos no estudiaron el tema en vano. Los incrédulos que se burlan y señalan que ningún caso pudo probarse absolutamente, enfrentan hechos indiscutibles: si cada caso puede ser imperfecto, la suma de evidencias es acumulativa.




Una historia inquietante cuenta que en una casa de madera situada en las cercanías de Baltimore Harbour, desocupada desde 1925, se oyeron voces y vieron luces. Los vecinos, era 1940, informaron a la policía y el lugar fue allanado: nada se encontró. Un investigador, Harry Pyne, fotografió detenidamente cada lugar de la vivienda. Al revelar el rollo, en el segundo piso, en una ventana de la izquierda, apareció una señora con un gran peinado a la moda de la última década del 1800. Pyne aseguró no fotografiar a ninguna persona. La fotografía, actualmente en la American Society for Physical Research, no presenta trucos de montaje.



Este caso y otros similares son los más raros de los aparecidos. Se los denomina "merodeadores u obsesivos" y habitan en un edificio para revelarse por momentos a quien jamás tuvo relaciones con ellos durante sus vidas. Mansiones, museos y casonas de toda clase son la morada preferida de los fantasmas que adoptan la forma de seres humanos o animales.


Tras las imágenes blancas

Los investigadores de la Sociedad para la Investigación Parapsicológica, lejos de creer en espíritus o reencarnaciones, iniciaron una tarea concreta y y crearon una comisión para estudiar todos los informes referidos a las apariciones en el momento de la muerte. Otra comisión se ocupaba de ubicar cada caso en el contexto, supersticioso o religioso, en que se producía. Pronto, todos se convencieron de que el camino era firme y expresaron en su primer informe:


dijo:
Lo que nos impresiona en una evidencia no es su carácter excitante o terrorífico, sino su abrumadora cantidad. Por abrumadora queremos significar que no queda la menor duda de la realidad de esta clase de fenómenos.

Estos primeros estudios realizados a fines del siglo pasado motivaron un prolongado debate acerca de la naturaleza y sustancia de las apariciones. Con menor intensidad, la polénica continúa, porque aún se discute, si las apariciones son o no son físicas. Es decir, si los fantasmas ocupan un espacio real o son alucinaciones subjetivas.



G. N. M. Tyrrell, que fue presidente de la Sociedad, estudió el tema 40 años. En su libro titulado Apparitions clasificó los episodios de apariciones en cuatro categorías: apariciones de personas vivas, apariciones por crisis, apariciones post mortem y apariciones continuas o recurrentes. Se agregaba una extraña variante que Tyrrell no dejó de considerar: los "pactos de muerte". Se trata del acuerdo entre dos personas vivas que asegura que si una de ellas muere debe ponerse en contacto con la otra, la sobreviviente.
Henry Brougham fue una figura destacada de la vida política inglesa en la primera mitad del siglo XIX y canciller de Inglaterra de 1830 a 1834. Tenía un íntimo amigo apodado "G" cuando iban a la Universidad de Edimburgo. Los dos conversaban con frecuencia acerca de la supervivencia después de la muerte y la inmortalidad del alma. La posibilidad de que los muertos se aparecieran a los vivos los intrigaba e hicieron un pacto solemne: el primero que falleciera intentaría aparecer ante el otro de alguna manera. Brougham y "G" terminaron la universidad y, luego de algunos años, perdieron todo contacto. Una noche, mientras viajaba por Suecia, lord Brougham tomó un baño y caminó hasta la silla donde había dejado sus ropas. En ese momento vio la figura de "G". Al regresar a Edimburgo, comprobó que su amigo había muerto en esa fecha y a la misma hora de la aparición. El relato de Brougham figura en los archivos de la Sociedad para la Investigación Parapsicológica.



Por aquellos años se intentó explicar el tema de mil formas hasta que Charles Richet, premio Nobel, habló de la Ectoplasmía y la definió como una sustancia que sale de la persona y produce el fenómeno.
dijo:
A veces, señaló, toma densidad y se asemeja a una tela blanca.



La parapsicología ubicó más tarde a la Ectoplasmia o Fantasmogénesis entre los fenómenbos objetivos y aclaró que el ectoplasma es el potencial parapsicológico en un estado perceptible a los sentidos. Toma variadas formas y a veces adquiere algunas similares a las humanas.


Las extrañas energias, golpes y ruidos.

De la mano de los fantasmas aparecieron en ocaciones golpes y ruidos inexplicables. No se tardó en afirmar que era "almas de otro mundos" hasta que una rama de la Metapsíquica, la Triptología, se ocupó de ellos: los "raps". La leyenda nació con los nativos de las montañas. Los atribuían a espíritus que vivían en lo alto. Eran producidos por psicokinesis, pero durante varias generaciones se transmitió que "los espíritus enviaban señales y había que sentarse a escucharlos". Los "raps" son actualmente una prueba de que existen fuerzas que actuan sobre las cosas, independientemente de la fuerza muscular. Hay fenómenos físicos diversos (calor, frio, electricidad) que ocasionan ruidos misteriosos, atribuidos antiguamente a posesiones fantasmales.




El parapsicólogo sueco Friedrich Jrgenson originó otro de los grandes enigmas: ¿por qué si se dejaba un grabador en una habitación vacía aparecían luego unas voces extrañas?. La parapsicología las llama "psicofonías". Los estudios niegan relaciones con los espíritus o entidades y señalan que existen intimas relaciones entre la aparición de las psicofonías y quienes intentan grabarlas. Es decir, que las fuerzas del inconsciente introducen sonidos en la cinta. Todo el que las escuche por primera vez estará convencido de que son algo sorprendente y terrorífico.

Radiaciones y espíritus

Los fantasmas, aparicidos y mensajes del más allá fueron estudiados por el físico Janusz Slawinski en la Universidad de Polonia.
dijo:
En el momento de morir un organismo emite una radiación 10 a 1.000 veces más intensa de lo normal. Si fuera descifrada podría explicar lo que sucede en el momento en que el espíritu abandona el cuerpo. El estudio de la energía electromagnética del cuerpo físico podría explicar también el enigma de los aparecidos.
Agregaba Slawinski que estas "apariciones" solían ser visibles de manera consciente o en sueños.
En el primero de los casos un testigo famoso fue el doctor Christian Barnard, el cirujano que realizó el primer trasplante de corazón. Se encontraba en la cama, convalesciente de una dolencia menor, cuando entró a su cuarto una mujer, lo miró y desapareció luego junto a la ventana. Barnard le comentó a una enfermera lo sucedido y la descripción coincidió con una paciente que acababa de morir en otro cuarto del hospital.




Lo ocurrido con Giuseppe Garibaldi también fue concreto. El 19 de marzo de 1852 viajaba en barco y, durante un sueño, apareció la imagen de su madre en forma vaporosa. Se enteró al otro día que, a esa hora exacta del sueño, su madre había fallecido.
El suceso vivido por el reverenco Russell H. Conwell, catedrático y fundador de la Universidad de Temple, en Filadelfia, es recordado por numerosos estudiosos de los fantasmas. Si le hablaban de fantasmas, resumía:"Son tonterías espiritistas". Sin embargo, al final de su vida, refirió una serie de extraños encuentros.
Poco después de la muerte de su esposa tuvo una visión recurrente: la mujer aparecía todas las mañanas y se sentaba a los pies de su cama, muy sonriente. Conwell decidió conversar con ella: "Yo sé que realmente no estás ahí, por eso mañana te haré una pregunta", le dijo. Veterano de la Guerra de Secesión, le preguntó a la aparición dondé se encontraba el certificado de su baja del ejército de la Unión. No lo había visto durante muchos años. La figura de la mujer respondió instantáneamente: "está detrás de los libros de tu biblioteca, en una caja...". Conwell se levantó de la cama y encontró todo en el lugar indicado.




La prueba no fue suficiente para Conwell y le dijo a su ama de llaves que escondiera su lapicera de oro, regalo de su esposa, y no le mencionara a nadie dónde estaba. Cuando volvió a aparecer la figura de la señora Conwell, su esposo le preguntó: "¿Dónde escondió Mary mi pluma fuente?". La señora guió a Conwell hasta el lugar y señaló: "Ahí está, en el armario del hall y en el estante superior". El reverendo pasó su mano y, efectivamente, allí estaba. En su diario, Conwell aclaró:
dijo:
Yo no presumo sacar conclusiones pero tengo temor de que algunos se esfuercen en buscar interpretaciones que yo mismo no pretendo dar. Sin embargo, sólo digo que yo mismo la vi...

Lo real es que psicólogos y parapsicólogos no se atreven a negar que esas centenarias imágenes blancas tan temidas existen. Insistirán los escépticos en que se trata de alucinaciones, fraudes o mentiras. Los más científicos lo explicarán a su modo, pero la busqueda no terminará, y por ahora, nada puede reemplazar las historias de fantasmas, esas que se cuentan junto al fuego y estremecen y divierten como si no hablaran de la muerte. Vos, si crees que estas leyendo esto solo, en este momento, mira detras tuyo y verificalo, te podes llevar una sorpresa que te hiele el alma.

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